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lunes, 26 de octubre de 2009

Cambio en la correlación de fuerzas al interior del PDA

Balance de la consulta
Una mirada nacional, distrital y local

Por Rodolfo Hernández

El triunfo de Petro el pasado 27 de septiembre significo no sólo un programa para la candidatura presidencial "acordemos el futuro", sino un cambio en la correlación de fuerzas al interior del PDA que vuelve a colocar en el centro del debate el ideario de unidad, o se mantiene firme como guía para los acuerdos y el programa de campaña, o se cede programáticamente para buscar unidades contra la reelección dejando intacto el proyecto uribista de sociedad.

La nueva correlación de fuerzas tendrá que desenvolverse en el seno de un PDA que prácticamente se ha reducción a su militancia o simpatizantes más allegados, un partido donde su carácter se puede reducir a lo que una sociedad de derecha tolera como oposición. Este panorama nos exige hacer un balance que dé respuestas a lo que pasó, que deje lecciones para el devenir de la lucha política y que oriente nuestro comportamiento para el periodo de protesta social y consulta popular que se avecina.

Debilitamiento y cambio en la orientación del PDA

Empecemos por señalar que la votación por el PDA disminuyó notoriamente en comparación con la consulta del 2006. Pasar de 1.234.802 a 450.589 votos es haber perdido el 63,5 % de apoyo en sólo 3 años. Si comparamos las cifras del 27 de Septiembre con la votación para delegados del II congreso del PDA que fue de 496.666 votos, y si asumimos que esos votos son principalmente de la militancia del partido y los simpatizantes más allegados, podemos inferir que el apoyo perdido ésta en el seno del pueblo colombiano, con el cual se ha perdido sintonía.

Entre las razones de éste debilitamiento están: la campaña sistemática del gobierno y los medios de comunicación afines a él para desprestigiar al PDA, señalamientos como auxiliadores o cómplices de la guerrilla, instigaciones de traición a la patria o de colaboradores con "supuesta invasión chavista a nuestra nación" y otras bajezas que han causado mella en la simpatía hacia el partido.

Los debates del PDA mal manejados ante los micrófonos por personalidades como Petro y Dussan también han sido explotados al máximo por el gobierno y sus principales periodistas para mostrar un Polo dividido y sin coherencia política. Aspectos más internos como la lucha de posiciones entorno al ideario de unidad, sus diferentes matices y los desvíos inherentes al cambio de postura de personalidades como Lucho Garzón, contribuyen al debilitamiento del Polo. También contribuye a ésta situación la falta de posición del PDA que dirija al pueblo y lo movilice entorno a los grandes temas que se debaten en el país, y la falta de una posición critica del PDA frente a gobiernos como la alcaldía de Bogotá.

Comparando los resultados internos de la consulta, nos encontramos con un 4% de diferencia entre Gaviria y Petro representado en 20.184 votos. Este estrecho margen tiene el significado político de haber cambiado la correlación de fuerzas al interior del PDA. Antes de la consulta, Carlos Gaviria trazaba una clara posición frente al ideario de unidad como plataforma política y guía para las alianzas necesarias en defensa de la democracia. Ahora, con Gustavo Petro hay un planteamiento más incierto frente al ideario de unidad, pues en los acuerdos que él propone para sacar al país de la guerra, defender el estado social de derecho y oponerse a la dictadura constitucional de Álvaro Uribe Vélez, no diferencia el tipo de fuerzas a quien se convoca.

Lo que está en juego es el ideario de unidad, o se mantiene la posibilidad de ser gobierno y ser poder con un programa alternativo al status quo, o se cede en los planteamientos programáticos llamando a los "Uribistas NO Reeleccionistas" como Gina Parody, Germán Vargas Lleras, Fernando Londoño, Marta Lucía Ramírez, Enrique Peñalosa o Fabio Echeverri para hacer acuerdos contra la reelección, dejando intacto el proyecto uribista de sociedad.

Ojala, la bofetada de Germán Vargas Lleras de Cambio Radical y de Enrique Peñalosa le sirva al compañero Petro para entender que no todo anti reeleccionista le apostará a un programa alternativo, y para que entienda que la izquierda no es compatible con lo que él llama derecha democrática.

Lo que pasa cuando se gobierna por fuera del partido

En Bogotá el margen de ganancia de Carlos Gaviria sobre Petro fue muy estrecho, en el 2006 Carlos Gaviria obtuvo 143.287 votos con una diferencia de más de 50.000 votos equivalente a un 22%, tres años después, la diferencia no es ni del 1% con 50.125 votos equivalente a una pérdida de aceptación del 65%.

Pero la cifras mas preocupantes se registran a nivel distrital. La votación en Bogotá se redujo en un 55%. En el 2006 el PDA logro 233.990 votos y tres años después sólo se obtiene el 45 % de esa votación con 105.364 votos.

Los datos nos indican que el PDA en general y las fuerzas que siempre han apoyado al Carlos Gaviria en particular no sólo trabajaron a media marcha, sino que han disminuido su influencia y capacidad de convocatoria y movilización. Esto fue evidente en los actos de campaña, en la propaganda y en los votos.

Muchos dirán que el repunte de Petro se dio por los votos que el uribismo orientó hacia él. Estos argumentos que carecen de soporte, se contraponen con una realidad palpable: las fuerzas al lado de Carlos Gaviria han jugado un bajo perfil frente a la administración de Samuel Moreno en la alcaldía de Bogotá. Contrario a Petro, el sector de Carlos Gaviria no ha trazado diferencias con la burocracia de Samuel y no ha ejercido el control social, ni político que le exija cuentas a la gestión del alcalde.

Lo anterior, sumado a la actitud del régimen quien ha tenido en la mira la administración de Samuel, ha generado un clima de descontento popular. Asi se explica el retroceso de Carlos Gaviria en Bogotá y el avance de Petro. La paradoja es que lo que debería ser una oportunidad para demostrar un gobierno alternativo desde la izquierda, se ha convertido en un desprestigio y factor de impopularidad que se vio reflejado en las urnas

Una localidad sin partido

De ante mano, hay que resaltar la satisfactoria tarea realizada por la coordinación local en cabeza del compañero David y de las fuerzas políticas y sociales que la componían. Con un trabajo en equipo se supo resolver los dilemas de la unidad, orientar un plan de campaña, garantizar una logística mínima y sortear los intentos de rompimiento de la coordinación auspiciados por fuerzas que bajo el argumento de tener las mayorías, querían imponer su voluntad.

Aún así los resultados son poco alentadores, de los 21.688 votos que logró movilizar el partido para la elección de la JAL en el 2007, esta vez sólo aportó 5.816 a la consulta. Es claro que los escenarios son muy diferentes y que no toda la gente que se moviliza a una elección popular lo hace de la misma forma para la consulta abierta, pero aun así, se esperaban mejores resultados. En los últimos tres años el partido ha disminuido su presencia. Si volvemos a comparar la cifra del 27 de Septiembre con la votación del polo para su primero y segundo congreso donde votaron 6.109 y 9.737 personas respectivamente, se evidencia un retroceso en la aceptación del pueblo en Bosa.

Las explicaciones no se apartan de lo ya dicho a nivel nacional y distrital, aunque a nivel local hay cinco particularidades que cabe mencionar:

Primero, el triunfalismo que tanto criticó Carlos Gaviria y que en Bosa fue un elemento que provocó relajamiento de todas las fuerzas. Es evidente que la energía e ímpetu con que se ha trabajó en otras jornadas electorales no se sintió ésta vez.

Segundo, el clima de división que se vivió en la localidad y sus efectos en los resultados. Quien piense que el pueblo no analiza el sectarismo y las disputas al interior del PDA como un reflejo de "más de lo mismo", no conoce la forma de pensar del colombiano. Los dos eventos del 13 de Septiembre que supuestamente sumaban fuerzas a Carlos Gaviria, reflejó a los no militantes, un partido dividido al cual no hay mucho que creerle. Aquí no cabe duda de quienes son los responsables. A pesar que la mesa libró con gallardía los intentos de división en la localidad, desafortunadamente el Partido Opción Siete (PCOS) evocando la "unidad", se auto proclamo fuerza "mayoritaria", impuso su voluntad y en últimas dividió la campaña.

Tercero, el trabajo desarticulado de otras fuerzas como el Edil Ernesto Orozco que aunque no se opuso a la coordinación local simplemente no se integró a ella.

Cuarto, las fuerzas que en un principio se integraron a la campaña y fueron desvaneciendo su presencia hasta desaparecer del escenario político. Ejemplo de esto es la edilesa Stella Velandia quien empezó siendo parte de la coordinación, para el 13 de Septiembre no movilizó a nadie de sus 1.442 votos que la llevaron a la curul, y desde entonces no se volvió a saber de la compañera.

Quinto, los asuntos estructurales del PDA en Bosa. Aquí no se ha construido partido, muchos intentos se han hecho pero lo cierto es que aún no se tiene una estructura, una plataforma política que aterrice el ideario de unidad y un plan de trabajo que vaya mas allá de las elecciones. Esta gran debilidad, reflejo de la correlación de fuerzas a su interior, incide notoriamente en la capacidad electoral que tenga el polo en Bosa. El gran sacrificado es el proyecto político. El deseo de muchos sectores sociales en tener un polo que vaya mas allá de la lucha electoral se ve frustrado por su propia debilidad política y por las fuerzas que con más peso han hecho del partido una simple chapa para el aval en época electoral.

Reconstruir las fuerzas

En conclusión, la derrota de Carlos Gaviria es la derrota de los sectores que han asumido el ideario de unidad sin ambigüedades, es el cambio de correlación de fuerzas al interior del PDA y el triunfo del sector del polo que más a vacilado frente al ideario de unidad.

Esta derrota es reflejo del triunfo del uribismo en su campaña por aislar al PDA del pueblo, reduciendo el partido a su militancia y simpatizantes más allegados.

La derrota se convierte en un llamado a la izquierda para redoblar esfuerzos en su trabajo de bases que la dote de una fuerza capas de volver a cambiar la balanza. Es el llamado para ampliar los acuerdos dentro y fuera del PDA con todos los sectores de izquierda que quieran plantear una oposición no sólo al gobierno, o a la reelección, sino al modelo de sociedad impuesto por el fascismo. Es una alerta para exigirle al candidato del partido y a la nueva directiva el más firme apego al ideario de unida. Es una oportunidad para que el programa y los posibles acuerdos para la presidencia logren unir a la militancia del partido, y no termine siendo el simple eco de lo que la derecha permite como oposición.

Y por ultimo es un llamado a las fuerzas en la localidad que han venido trabajando entorno al ideario de unidad, para continuar con el proceso de articulación y unidad que le de cuerpo y alma al Polo Democrático Alternativo en Bosa.